Cómo mejorar la memoria en personas mayores
Mª Cruz Martinez Ruiz, psicóloga y profesora del taller de estimulación cognitiva.
Entre las personas mayores, una preocupación de las más comunes es la pérdida de memoria por lo que ello significa, ya que esta es la que nos ayuda a desenvolvernos en nuestra vida cotidiana: nos ayuda a saber cómo llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria (por ejemplo vestirnos asearnos, cocinar, hacer la compra, etc) pero también a otras actividades más complejas como son por ejemplo, planificar el futuro, tomar decisiones, saber qué debemos hacer en cada momento o cómo actuar en situaciones nuevas.
Es verdad, que sería casi imposible vivir sin memoria, la necesitamos constantemente para vivir.
Las alteraciones de la memoria debidas a la edad son normales, es decir, no son síntoma en sí mismas de ninguna patología, pero a menudo se tiende a relacionarlas con el deterioro cognitivo o algún tipo de demencia y esto genera malestar y ansiedad en las personas que empiezan a sufrirlas.
Si es verdad que con el paso de los años experimentamos cambios en nuestra memoria y en nuestro funcionamiento cognitivo (todo nuestro cuerpo sufre cambios y nuestro cerebro no se iba a librar de ello), también es verdad que no afecta por igual a todas las personas. También tenemos la certeza y la evidencia de que entrenando esta capacidad cognitiva, podemos compensar esos fallos y de alguna manera suavizar o disminuir los efectos de los mismos para que no supongan un problema en nuestro día a día.
En los Talleres de Memoria y de entrenamiento cognitivos trabajamos en este sentido. Aprendemos qué es la memoria, cómo funciona, tipos de memoria , qué otros procesos mentales están relacionados con ella y, sobre todo, vamos a ejercitarla realizando diferentes actividades.
Algunos de los beneficios que aporta el entrenamiento de forma regular y continuada son:
Previene el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas.
Mejora el funcionamiento cognitivo.
Mejora el estado anímico.
Refuerza y aumenta la autoestima.
Aumenta la probabilidad de mantener una vida autónoma y la capacidad funcional.
De igual forma que cuidamos nuestra salud física (cuidamos la alimentación, seguimos los controles médicos recomendados, hacemos gimnasia u otro tipo de ejercicio para mantener nuestros músculos en forma….) deberíamos ejercitar también nuestra mente.
¡Anímate a poner tu mente en forma!