TODO MAL.
“Hace unos días un periódico suizo, el Aargauer Zeitung, realizó un artículo con el siguiente titular ‘Esta abuela encabezará la Organización Mundial del Comercio’. Con esta “abuela” se referían nada más y nada menos que a Ngozi Okonjo-Iweala, la que desde el de marzo de este año es la Directora General de la Organización Mundial del Comercio y tiene un currículum que quita el hipo, entre otras muchas cosas ha sido la Ministra de Finanzas de la República Federal de Nigeria llevando una política de reforma para contener el gasto público, luchar contra la corrupción e incentivar las inversiones extranjeras que dieron como resultado entre otras muchas mejoras económicas del país, la cancelación de la deuda externa con EEUU.
Y es que podríamos resumir este titular diciendo que está todo mal. Tiene tintes racistas, sexistas y edadistas y es una forma de ningunear a una de las mujeres más influyentes del mundo según la revista Times de 2004 que ha contribuido a que Nigeria sea una de las principales economías de África, invisibilizándola en todos los sentidos.
Para empezar, es difícil de imaginar un titular parecido con cualquiera de los líderes mundiales masculinos y si nos apuramos, ni siquiera con cualquiera de las mujeres en puestos de poder del norte global. Sería curioso un titular en el que denominen a Joe Biden como “abuelo”, excepto quizás en prensa del corazón que pueda hablar de su faceta personal, con titulares como “este abuelo será el líder de la primera potencia mundial”, pero con Ngozi Okonjo- Iweala no han tenido reparo en hacerlo; que seguramente esté encantada con su faceta de abuela de tres nietos/as, pero a nivel laboral seguro que es más importante destacar su faceta de pionera siendo la primera ministra de Hacienda y Asuntos exteriores mujer en Nigeria y la primera mujer africana en dirigir la Organización Mundial del Comercio entre otros muchos logros. Además, no creo que con su amplia experiencia y trayectoria el ser abuela en el sentido estricto de la palabra o ser una mujer mayor de 65 años (67 para ser más concretos) le impida desarrollar el puesto con el mismo éxito que los que ha ocupado anteriormente, es más seguro que la experiencia acumulada en estos años facilitará el desempeño de este puesto, aunque en definitiva lo importante son las decisiones que emprenda y no la edad de la persona que las emprende.
Finalmente, el periódico ha tenido que pedir disculpas ante la avalancha de críticas, pero es un buen ejemplo de la importancia de cuidar el lenguaje y de poder referirnos a las personas por los méritos y acciones, sin etiquetas; y no por razones de edad, raza, sexo, religión, orientación o identidad sexual o cualquier otro motivo que solo refuerza la discriminación y la categorización de las personas conforma a los estereotipos.”
Comentario, Blanca Jiménez, Responsable de la área social